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En la era digital, las decisiones importantes ya no se toman solo con la cabeza, sino también con el scroll. Estudiar en el extranjero, algo que tradicionalmente se planificaba en función de factores académicos, económicos o migratorios, ahora se ve muy influenciada (y cada vez más) por el contenido que consumimos en redes sociales.
TikTok, Instagram o YouTube han transformado la forma en que los estudiantes descubren y evalúan los posibles destinos internacionales. Entonces, ¿estamos eligiendo el mejor país para estudiar… o el que se ve mejor en las fotos?
Del folleto universitario al reel viral
Hasta hace unos años, la elección de un destino académico se basaba en rankings, convenios entre universidades, idioma de estudio o coste de vida en destino. A día de hoy, esos factores siguen siendo relevantes, pero están siendo desplazados (o al menos fuertemente acompañados) por criterios mucho más visuales y emocionales.
Una búsqueda rápida en TikTok con hashtags como #studyabroad, #erasmuslife o #studentlife ofrece miles de vídeos donde jóvenes comparten su rutina diaria en ciudades como Lisboa, Berlín, Milán o Seúl. Vemos sus pisos, cafeterías favoritas, outfits de invierno, rutas en bicicleta, puestas de sol desde el campus... un contenido que no solo inspira: también condiciona.
Pero, ¿es esto algo negativo? No necesariamente.
Las redes sociales han democratizado el acceso a información no oficial pero muy valiosa: la experiencia del día a día. Saber cómo es un barrio, cómo se vive con otros estudiantes o qué trámites suelen generar más estrés, son datos que antes no aparecían en los sitios web institucionales.
El problema surge cuando esa información se idealiza o se convierte en el único criterio de decisión.
¿Qué están valorando realmente los estudiantes?
Un estudio de Educations.com en 2024 reveló que más del 60 % de los estudiantes internacionales tienen en cuenta el estilo de vida y el entorno visual del destino antes que el prestigio académico. En paralelo, la mayoría de los vídeos virales sobre estudiar fuera no mencionan ni requisitos de visado, ni becas disponibles, ni carga académica.
Preguntas que a veces quedan fuera del proceso de decisión:
- ¿El idioma de estudio coincide con el que domino?
- ¿Es fácil obtener un visado y renovarlo?
- ¿Puedo trabajar mientras estudio?
- ¿Cómo es el sistema de evaluación? ¿Es exigente?
- ¿Qué pasa si necesito asistencia médica o psicológica?
- ¿El coste de vida que veo en redes coincide con la realidad?
Elegir un país va más allá del “feed”
No se trata solo de demonizar las redes sociales, sino de entender cuáles son sus límites. Un destino puede parecer perfecto visualmente, pero tener barreras administrativas complejas, niveles de vida altos o escasa oferta en el área académica que te interesa.
Países como Portugal, Alemania, Países Bajos o Corea del Sur se han convertido en destinos muy populares entre estudiantes, en parte por su presencia en redes. Pero en paralelo, estos países conllevan algunos retos reales: saturación de la oferta de alojamiento, barreras de idioma o dificultad para conseguir citas de visado en algunas épocas del año.
Estética vs. Realidad
La estética es una parte legítima del proceso de elección: al final todos buscamos vivir esta experiencia en una ciudad que nos inspire. Pero tomar decisiones exclusivamente basadas en lo que vemos en redes sociales puede derivar en frustración, desinformación o incluso abandono del programa.
Aquí es donde las instituciones, las plataformas y los servicios especializados (como Lodgerin) deben asumir un rol activo en educar, guiar y acompañar a los estudiantes con datos reales y herramientas prácticas.
Entonces, ¿cómo usar las redes sociales sin dejarse arrastrar?
- Contrasta lo que ves en redes con fuentes oficiales. ¿Lo que dice ese influencer sobre becas o visados está actualizado?
- Consulta con estudiantes reales, no solo creadores de contenido. Foros como Reddit, grupos de Facebook o contactos en LinkedIn pueden darte otra perspectiva.
- Haz simulaciones de coste real: alquiler, transporte, seguros, tasas universitarias. Muchas veces, la ciudad más “instagrameable” es también la más cara.
- Piensa en tu bienestar y compatibilidad: ¿prefieres clima cálido o frío? ¿Una ciudad tranquila o una metrópolis? ¿Un país con alta exigencia académica o con enfoque más práctico?
Conclusión: inspirarse sí, idealizar no
Las redes sociales son una fuente de inspiración muy poderosa: nos motivan, nos dan ideas, nos hacen soñar con nuevas ciudades. Pero no deberían sustituir el análisis personal ni la investigación real.
Elegir un país para estudiar en el extranjero es una decisión que puede cambiar tu vida. Merece la pena tomar esta decisión con la cabeza y el corazón… no solo con el algoritmo de tus redes sociales.
En Lodgerin te ayudamos a aterrizar tu decisión
Desde la búsqueda de alojamiento hasta servicios prácticos como seguros, asesoría legal o actividades para conectar con otros estudiantes, nuestro objetivo es que tu experiencia internacional sea tan real y enriquecedora como la imaginaste.
Y sí, también puede ser bonita. Pero sobre todo, vivible