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Si entre tus planes está estudiar en Italia (de intercambio, la carrera completa o un máster) es normal que te surjan algunas dudas. Aunque forma parte del Espacio Europeo de Educación Superior, el sistema universitario italiano tiene sus propias reglas: desde exámenes orales hasta la manera en que se gestionan los créditos y los horarios, hay cosas que necesitas saber antes de empezar. En esta guía te lo dejamos todo explicado, con claridad y con los menores tecnicismos posibles.
¿Cómo se estructura una carrera universitaria en Italia?
Italia sigue el modelo de tres ciclos establecido por el Proceso de Bolonia, lo que facilita la homologación de estudios con otros países europeos. La estructura básica es la siguiente:
- Laurea triennale: es el equivalente al grado o bachelor. Dura 3 años y se necesitan 180 créditos ECTS para completarla.
- Laurea magistrale: es el máster. Dura 2 años adicionales y suma otros 120 créditos ECTS, para un total de 300.
- Dottorato di ricerca: es el doctorado. Dura normalmente entre 3 y 4 años, y se accede tras obtener el máster.
En algunas carreras específicas (como Medicina, Derecho o Arquitectura) existe la opción de cursar un “ciclo único” que combina grado y máster en un solo programa de 5 o 6 años. Esto significa que no hay una división clara entre los dos primeros ciclos, y se accede directamente al plan largo desde el principio.
¿Cómo funcionan los créditos universitarios?
Italia utiliza el sistema ECTS (European Credit Transfer System), como el resto de países del espacio europeo. Un año académico completo equivale a 60 créditos ECTS, y cada crédito representa entre 25 y 30 horas de trabajo del estudiante, lo que incluye:
- Horas de clase.
- Lecturas obligatorias.
- Preparación de exámenes.
- Trabajos o prácticas.
Sin embargo, hay una particularidad muy italiana: en muchas carreras, el trabajo autónomo tiene mucho más peso que las clases presenciales. No es raro que algunas asignaturas tengan solo unas pocas sesiones semanales, y que el resto del tiempo se espere que estudies por tu cuenta. Por eso es habitual que los estudiantes se organicen en grupos de estudio o trabajen con apuntes pasados de generación en generación.
Exámenes
El tema de los exámenes puede causar bastante desconcierto al principio. En Italia, es muy común que las evaluaciones sean orales. Esto significa que, en lugar de hacer un examen escrito en un aula, te sientas frente al profesor (a veces junto a otros estudiantes esperando su turno) y respondes en voz alta a las preguntas que te hace sobre el temario.
Algunos puntos a destacar:
- Cada asignatura se califica sobre 30 puntos.
- Para aprobar necesitas al menos 18/30.
- Si lo haces muy bien, puedes obtener un 30 e lode, que equivale a una matrícula de honor.
- Si suspendes, puedes volver a presentarte sin perder el curso ni esperar al siguiente año. Las universidades ofrecen múltiples convocatorias (llamadas “appelli”) a lo largo del año.
Aunque también hay exámenes escritos, especialmente en carreras técnicas, los exámenes orales sigue siendo una parte muy importante de la cultura académica italiana, incluso en másteres y doctorados.
Calendario académico
El curso académico italiano se divide en dos semestres:
- Primer semestre: normalmente de finales de septiembre o principios de octubre hasta enero.
- Segundo semestre: de febrero a junio.
Los exámenes se programan después de cada semestre, pero algo realmente interesante es que las universidades ofrecen varias fechas para cada asignatura, de tal forma que tú puedes en cuál presentarte según cómo te sientas de preparado. Además, si no apruebas o simplemente decides no ir, puedes apuntarte al siguiente "appello". En la práctica, esto significa que puedes gestionar tu propio ritmo de estudio.
Durante los meses de verano (julio, agosto y parte de septiembre) también hay sesiones extraordinarias para quienes necesitan recuperar alguna asignatura.
Horarios de clase
A diferencia de lo que ocurre en otros países, en Italia no hay un horario semanal fijo para todo el año. Los cursos se organizan en módulos que a veces se concentran en pocas semanas, otras veces se reparten de forma más regular. Esto significa que:
- Puede que durante un mes tengas clases intensivas de una sola asignatura.
- Puede que durante otro mes no tengas clases y te dediques solo a estudiar para los exámenes.
Las clases suelen ser entre semana y dependiendo de la universidad y del grado, puedes tener más o menos presencialidad. En general, el sistema valora mucho la autonomía del estudiante, y aunque la asistencia puede ser obligatoria en algunas asignaturas, en muchas otras no lo es.
Estudiante “frequentante” vs “non frequentante”
En Italia existe una distinción entre los estudiantes que asisten regularmente a clase (frequentanti) y los que no lo hacen (non frequentanti). Esta diferencia puede influir en cómo se evalúa la asignatura. Por ejemplo:
- A los frequentanti se les puede pedir que hagan trabajos, presentaciones o tests durante el curso.
- Los non frequentanti suelen presentarse directamente al examen final, a veces con una bibliografía distinta o más amplia.
Esto permite una gran flexibilidad, pero también exige responsabilidad: no hay una única manera de aprobar una materia, y tú eliges cómo hacerlo.
Un sistema que te obliga a adaptarte
Lo que más caracteriza al sistema universitario italiano es su flexibilidad. Puedes organizar tus exámenes según tu ritmo, preparar las materias por tu cuenta si lo prefieres, repetir convocatorias y adaptar tu calendario académico a tus circunstancias personales.
Pero esa flexibilidad también significa que no hay mucha estructura fija. No esperes tener un calendario cerrado desde el primer día del curso ni una plataforma digital donde esté todo automatizado: aquí hay que estar atento a las fechas, hablar con los profesores, consultar tablones y resolver muchas cosas por iniciativa propia.
Pero entonces, ¿merece la pena?
Sí, sobre todo si estás buscando algo más que solo clases. Estudiar en Italia te ayuda también a aprender a gestionar tu tiempo, a enfrentarte a exámenes cara a cara, y a moverte con independencia en un entorno que puede no resultarte familiar. Puede que al principio parezca un poco caótico, pero al final, muchos estudiantes coinciden: el sistema italiano enseña tanto fuera como dentro del aula.
¿Listo para organizar tu primer “appello”?